Wednesday, December 21, 2005

Insumisión


-Es tan extraño... -dijo sin levantar la cabeza-. El mundo estaba dando vueltas antes de que yo llegara y seguirá en ello una vez que yo no esté aquí, una vez que tú no estés aquí. Galileo nos abrió los ojos pero nos dejó en la más profunda de las cegueras: huérfanos, desnudos, ¿dónde queda sitio para Dios? Desde entonces la humanidad vive mareada y no sabe a dónde agarrarse para soportar la vertiginosa velocidad del giro heliocéntrico de nuestro planeta.